El sueño de la razón no sólo produce monstruos

sábado, 21 de enero de 2012

Papá Moneda


Aterrizando las mentiras
que nos escupís insultantes
noche y día.
Desarrollando la capacidad
de no arrancar, de no patalear,
vuestras cabezas.
Hinchándose por dentro... el lado oscuro.

Todos hacemos que esto es lo normal,
pero de un tiempo atrás no para de aumentar
nuestra paciencia.
Pero a unos pocos no nos lograréis cegar.
Atentos que empezamos a organizar
vuestra caída.
Os destruiremos... desde las entrañas.
Sin tiempo a reaccionar...
Porque sois tan prepotentes
que jamás miraréis a la gente
que creéis que cegáis,
que no sabemos hablar,
hasta el día ... de vuestro funeral.




Firmo un pacto de no consumición
de los bienes innecesarios.
Me comprometo a no ver la televisión,
ni a escuchar los telediarios.
Nunca más compraré en ningún lugar
con música que te taladre la cabeza.
Me esforzaré por no olvidarme de mirar
el "made in" y los materiales de etiquetas.
No me pienso dejar de enfadar
cuando a la gente se le nublen los valores.
Cuando aparece Papá Moneda.... ¡no te dobles!

No me pienso dejar engañar
por sociedades que deciden mis acciones.
Me comprometo a pensar sin parar
y a dedicarle tiempo a mis decisiones.
Cobraré lo justo por trabajar,
ni un duro más ni permitir explotaciones.... ¡esos becarios!
Y un buen olfato que detecte las especulaciones.

No olvidaré que la rentabilidad
se mide con baremos nada materiales.
Aguantaré con mi móvil patatá
hasta que desdibuje las numeraciones.
No necesito que una moda determine
cuando tengo que cambiar mis pantalones.
Reclamaré una nueva sociedad
sin rencores.
Sin rencores.
Sin rencor.

miércoles, 18 de enero de 2012

Sueño 1

Me despierto en mi habitación... mi misma habitación. Las mismas persianas bajadas, el mismo colchón bajo la cama. Igual que hice anoche, recuerdo taponar todos los orificios de los desagües. La primera polilla del calor, del verano, nos visitó anoche. Pronto recorreran las cañerías las primeras cucarachas.
Salgo de mi cuarto, descalza, y veo por el pasillo pequeños excrementos de algún animal, supongo. Regreso a la habitación para calzarme y escucho a través de la pared, en el salón, pinceladas de la historia narrada de algo fantástico ocurrido durante la noche. La respuesta a tantos excrementos.
Calzadas mis zapatillas, las azules, las de reina, voy al salón a escuchar el relato.
Allí me encuentro a dos chicas y aún aparece otra más mientras estoy allá. La mesa a la derecha, llena de trastos. El salón queda iluminado a media persiana. Cambia ligeramente el orden del mobiliario, pero reconozco mi salón. Ellas son las mismas chicas que ayer, en la vida real, trabajaban en el salón con mi compañero de piso. Entre esa mesa tan abarrotada de cosas distingo restos de un desayuno.
Cuentan que en mitad de la noche salieron al baño y, en el pasillo, encontraron una escena increíble: conchas de mar, navajas, mejillones... cientos de crustáceos se desbordaban desde el baño y se arrastraban hacia mi cuarto. Fascinante... pero me asalta la duda de dónde han ido a parar. En mi cuarto no he visto nada al levantarme; pero camino hacia él y enciendo la luz. Todo es muy distintinto. Los rincones están ocultos bajo arena y conchas. Ester está conmigo y me ayuda a barrer: movemos la cama (que se divide en dos). Limpiamos bajo una mesita llena de jarrones con flores, que hay junto a la ventana... es increíble- ¿Cómo ha pasado esto? Por qué... La playa está en frente de casa (esto no es así en la realidad. El contexto se modifica por el de un precioso apartamento que tenía mi abuela frente a la playa). Es un segundo piso, y no entendemos cómo han llegado hasta aquí todos esos bichos.Alguien dice que por la marea baja....