El sueño de la razón no sólo produce monstruos

lunes, 8 de octubre de 2012

"El despertar" capítulo 3. El viaje: Benguela 10

·Funerales·

Pero aún con todo, nunca nos acostumbramos a la muerte.

Viví tan sólo días sueltos de un funeral, que se llega a extender de forma inconcebible para nuestros tiempos occidentales. Asistí al momento de enterrar un cuerpo en el hoyo cavado en la tierra, en un cementerio. Las mujeres lloraban y gritaban exageradamente... algunas penas te desgarraban por dentro. Otras, he de confesar que asomaban en mí algo parecido a la vergüenza. Mi emoción se balanceaba entre la tristeza profunda y la sensación de aistir a una sobre-actuada pieza de teatro. Finalmente pensaba que el dolor salía a borbotones y esa sinceridad pueril contrasta con la discreción de nuestra cultura ante la muerte. Recordaba las pesadas escenas de silencio, la contención de nuestros ritos occidentales.

Esta mañana las personas lloran de veras y no tienen problemas para expresar su dolor. Gritan las mujeres, se brazan. Se me escapa una lágrima y los pelos se erizan tras otro gemido. La pena empapa de gritos el silencio. Un hombre comienza a hablar y las plañideras retroceden hasta quedar en un murmullo. Dice así:
"- Biografía : nació el 13 de septiembre de 1972, en el municipio de Lobito. Estudió primer ciclo con valores académicos medios en la Escuela de Ensino... , de Benguela. No estudió el segundo ciclo. Tuvo dos hijos. Trabajó en las siguientes empresas: .....,....,...., siendo concluidos sus contratos en todas ellas por causa de su afición a la bebida. El día 15 de septiembre de 2012 fue ingresado por esa misma causa en el Hospital de Benguela. Le realizaron análisis y parecía que todo estaba en orden cuando, estando ya en su casa, le dió una fuerte recaída. Murió tras ser hospitalizado por unos días en el Hospital...."
Quedó destripada su vida. Sin secretos de pasado.

También en casa del soba fui convidada a lascelebraciones de un funeral. Ya conté que era un quinto día. Después descubrí que en esa altura se trata de mirar ya hacia los vivos, los que quedan, habiendo enterrado bien a los muertos. Así que durante tres días se disfruta un gran festejo con todos aquellos amigos, familiares que estuvieron a tu lado en los días difíciles. Se derrocha comida y bebida; hay música y bailes. La gente ríe y canta. Muchas familias despellejan sus ahorros en esto... Todos duermen por el suelo, o en la casa. La fiesta dura toda la noche. Hasta el domingo.



Y la foto del fallecido asiste solitaria a su verdadero enterramiento, sin poder hacer ya nada por ser protagonista.