El sueño de la razón no sólo produce monstruos

domingo, 28 de abril de 2013

"El despertar" capítulo 4. Atemporalidad 2

· Que no te falte tiempo para contemplar las cosas bellas.·

Esa luna está empapando el agua de destellos plateados. Estoy recorriendo con delicadeza cada uno de ellos. Me dejo arrastrar por su luz desde el ruido indiscreto de este malecón, contaminado de cervezas y besos perdidos en las madrugadas. Llego a la soledad asfixiante, mortecina y pálida, un poco más allá del infinito. Me quedo rodeada de mar bajo ese candil verde que parpadea sobre mi cabeza. Miro el malecón iluminado desde mi abismo, desde un agujero en un pozo profundo, profundo. Pero al final siempre sé que estoy en este malecón demente de ojos ansiosos por desvirgar la noche en cualquier esquina. Allí, desde aquella paz infinita, un grupo de hombres salados viajan con sus ojos por el perfil de hombres y mujeres que miran culos de botellas y restriegan sus cuerpos sudorosos contra otras sombras.

En casa de Ana

 Aún me doy cuenta de algunas cosas, aunque el tiempo o las rutinas entumecen los instintos. Aún me doy cuenta de algunas cosas... aunque ya me fui acomodando, y cada lugar tiene su lucha, y me cuesta luchar por los mundos de otros... Me puedo ver sumida en la incoherencia multiforme de todo, relajada para no quedarme pendurada de la demencia de nada ser como debiera. Siempre dentro de mi mundo, claro.

Poquitas cosas esta noche... sólo una luna grande y redonda que ilumina rotundamente, dejando en una sombra opaca lo que oculta. Y más cosas, unas poquitas como decía. Un recuerdo de mi madre que se posa en mi pensamiento como olor de flor, efímero e intenso. El deseo de escribir. Ese cabello largo, más largo que nunca, que cae sobre los hombros. El gato "Valiente" que se asusta como un conejo con los ruidos de pisadas. "No saldremos esta noche" La tranquilidad de una casa que ya hace días que es un hogar. Una sonrisa siempre como respuesta.
Y la vida que cambia tus planes. Y aveces ya no es una lucha, si no una adaptación. Con todo, felicidad por estar sobre el camino. Sobre el camino mío, sobre el camino nuestro...