No se acercan los momentos
para pasarlos de largo.
No sin mi permiso.
No me destruyo queriendo.
Creyendo quererme me vivo.
Poderosa entre la espuma
de unos sueños
nunca ya bajo control.
El control de la alcoholemia
a unos andares
que
se-sean,
tam-
ba-le-an,
que se pierden las corridas
contenidas
por mis ruedos.
Te toreo,
día a día,
te toreo.
Con la histérica impaciencia
de la oreja levantada.
Te toreo,
fiera Vida,
te toreo.
Te toreo,
Vida mía.
Genial. Ese final.
ResponderEliminar(tengo que mandarte el word ese, que no se me olvide!)
Gracias Pablico. Tengo pendiente leerte...)
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