El sueño de la razón no sólo produce monstruos

sábado, 10 de noviembre de 2012

"El despertar" capítulo 2. Días tras días 4

·El color de tu mirada·

El mundo no es subjetivo. Para eso ya estamos nosotros, que interpretamos su ser como crueldad, belleza, injusticia...
Caminé unas horas por las calles de Madrid, y buscando expresar mi borrachera de sensaciones escribí algo así:
Clotidéricos misóntronos par tolos catos. ¡Me sustrigola la astamatría! ¡Dérdicos, políclotos! Cuamofétilo estasódico... Nimo, benta das olacórides, isóstroco de lis. Cuánpito dido miso e lusicómolo poreado. Mapo. Maso. Lirolériroriróoooo...
 Me recorría una boba emoción esdrújula. La información centelleaba. Se había despertado de nuevo mi curiosidad por escenarios que antes pálidos, que antes planos. Me lo explicaba así:

Burbulióricos de mortimo setalan as pezas. Measovedú, tealepá. Y amorriloco vitetro.
Y que si ayer y antes de ayer todo repetido; y que si cuando miras mucho ya no ves... Había una película que no cambiaba de escenario, y al terminar te preguntaban si en la habitación había ventana y no eras capaz de recordar. Aquí el cerebro hace un poco por optimizar y cuando las cosas no sufren grandes alteracione, las cosas desaparecen. Qué atrevimiento... mira que lo más trascente ocurre muy lento, casi parado. Entonces, si quieres entenderlo, te tienes que quedar casi parado tú también. Más o menos eternamente. Así esas cosas que están en movimientos bruscos son las que dejan de existir y comienzas a ver lo otro. Lo de una eternidad parece mucho, pero luego vas y no te das ni cuenta.

Atardecer en Damba María
Hay gente que no ve que atardece...

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