El sueño de la razón no sólo produce monstruos

sábado, 21 de julio de 2012

"El despertar" capítulo 3. El viaje: Benguela 3

·Damba María y nuestro trabajo·

Estoy en casa de Ana, con mis dedos índice y pulgar ampollados de una quemadura mañanera. Esto no tiene nada que ver con nuevas vivencias en Angola: tanto aquí como en España, coger un cazo de metal con leche hirviendo con los dedicos desnudos, tiene las mismas consecuencias. Eso sí, para curarlo (os vais a reír mucho, sobre todo la doctora Letamendi) aparte de meterlo en agua fría durante 30 minutos, me estoy agarrando el lóbulo de la oreja. Parece que alguien en Brasil dijo que así no salían ampollas (no os preocupéis que si no funciona me daré crema.)
Trabajamos en Damba María, que es un barrio pesquero a unos 9 kilómetros al norte de Benguela. La entrada desde la carretera te obliga a un giro imposible cruzando las vías del tren (uno de las pocas líneas que están en funcionamiento en Angola) para después saltar a un suelo de arena desconchada que tamiza todo el barrio.
El centro comunitario está a un lado del barrio. Allí tenemos la sede de la fundación, nuestra base de operaciones. He recorrido el barrio un par de veces y sólo quiero aprender a decir en portugués "¡no soy un marciano!". Aunque es verdad que yo también voy mirando todo como si paseara por Raticulín. Casas de adobe, alguna barbería, alguna tiendita informal con chucherías y jabón... se puede adivinar que existe algún artesano, pero muy pocos. Pasa a veces el heladero con una moto al ritmo de una música que le identifica por cualquier parte. Por ahora no descubro más sonidos que éste, el de los niños jugando y riendo, y, ya en Benguela, los coches. Y motos, muchas motos. Otro día hablaré de la música que se escucha aquí normalmente. Todavía me tiene perpleja y confío en encontrar otro estilo que me reconcilie con el folclore angolano. Por ahora casi puedo afirmar con certeza que están todos sordos.

Mujeres salando pescado junto a la playa de Damba María
Hace dos días visité al director de una escuela al norte del barrio, un rastafari majetón que me preguntaba muchas cosas. Me gustó mucho la curiosidad que albergaba. Terminamos hablando de música: él canta reggae. Quedamos en que me enseñaría el lugar donde ensayan.

Tenemos abiertas varias líneas de trabajo. Una de ellas es la de higiene y saneamiento, nuestra acción3, y estamos diseñando una serie de actividades para sensibilizar sobre la relación entre basura y enfermedades, realizar identificación de lugares de acumulación de porquería, realizar campañas de limpieza posterior y terminar con algún tipo de reciclaje.
Basura junto a la Damba./ Pescado salándose a l sol
 Comemos algunos días junto al Centro Comunitario, en un pequeño puestecito que veréis en la foto. Dona Margarida nos prepara unos días rabas de calamar duras como una piedra, otros días un guisado muy rico con patatica y pimiento, otros días carne de vaca, que es más cara. Es un sitio barato, bonito y musicado por el ritmo estruendoso de un generador. Éste es otro sonido al que me voy acostumbrando, porque la luz se esfuma muchas veces, y es normal contar en casa con un aparatejo de estos para poder ver las cucarachas. Bueno, para mí este es el objetivo prioritario. Por ahora sólo me he encontrado cara a antenas con una y... oye, he visto pájaros del mismo tamaño. Lo de pisarlas no es una opción.


Ana y Cris a en el puestico junto al Centro Comunitario. Damba María

1 comentario:

  1. Gracias por compartir con todos estas impresiones tan profundas, me encantaría estar ahí y poder hablar y reírnos de todo lo que tan "raro" nos parece... en fin. Mundo por conocer. Suerte y disfruta.
    1Beso gordo.

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